Villa de Pozos lleva desde enero ocultando sus egresos

11.09.2025 19:18

Con total descaro, integrantes del opaco Concejo Municipal de Villa de Pozos, San Luis Potosí aseguraron mediante un comunicado oficial que tienen un “alto nivel” de desempeño en materia de transparencia. La realidad es otra, y sus propias declaraciones los dejan en evidencia.
Una de las obligaciones más básicas —y cruciales— en materia de rendición de cuentas es transparentar, mes con mes, los egresos: es decir, detallar en qué y cómo se gasta el dinero público. Pero en Villa de Pozos esta información simplemente no existe. Durante todo el año, no han rendido cuentas.


Lo único que ha hecho el Ayuntamiento, presidido por María Teresa Rivera, es subir un archivo de Excel sin datos reales. Mes tras mes, el documento repite una misma leyenda: “En proceso de registro y generación de la información del mes para la Cuenta Pública”. Es un engaño. No están cumpliendo con lo que exige claramente la Ley de Transparencia en su artículo 84, fracción IV, donde se establece la obligación de publicar los egresos con detalles como: monto, beneficiario, concepto, fecha, folio, institución bancaria y el funcionario que autoriza la transacción.


Aun así, en su temerario boletín afirman que “el porcentaje de cumplimiento cuantitativo es destacado”. Pero lo que evalúa la Plataforma Estatal de Transparencia no es la calidad de la información, sino simplemente si se suben archivos. Y sí, suben un archivo... vacío de contenido. Un simulacro. Y aún tienen el cinismo de presumirlo.


El verdadero responsable de esta opacidad —y de que la mayoría de los ayuntamientos evadan sus obligaciones— es la Comisión Estatal de Garantía de Acceso a la Información Pública (CEGAIP). Ya que desde hace tiempo dejó de vigilar, exigir y sancionar a quienes incumplen la ley. ¿Pero cómo podría hacerlo, si los propios comisionados son los primeros en violar la legislación de transparencia en San Luis Potosí?


En Villa de Pozos, los integrantes del Concejo no solo son opacos. También son cínicos. Y mienten.