Guillermo Morales, del delegado que se convirtió en lo que criticaba

04.09.2025 13:05

Tanto se habló de la corrupción y las cuestionables mañas del pasado, donde se esperaba un contundente cambio y más con la llegada de jóvenes que aseguraban ser diferentes a sus antecesores. Todo fue un gran engaño, pronto aprendieron las mañas y se convirtieron en lo que tanto criticaban antes. Un ejemplo claro. El delegado de Bienestar en San Luis Potosí, Guillermo “Memo” Morales, convertido en un mago supremo de la simulación. Aparecen millones, desaparecen resultados, y cuando alguien cuestiona, todo se reduce a “golpeteo político”. Así ha respondido ante denuncias de desvíos, presuntos fraudes, amenazas a trabajadoras y uso indebido de bases de datos públicas. El problema no es que niegue la realidad, sino que sabe que la impunidad está garantizada.


Los casos se acumulan. En plena veda electoral de 2024, más de cinco millones de pesos se asignaron para “operativos”, “rentas” y “alimentos”, sin que exista evidencia de ejecución real. Un excolaborador, Dorian Morua, reveló los movimientos y denunció su despido por no alinearse con la simulación. Le siguió la historia de Eduardo Serrano, operador de confianza que manejó comités fantasmas y dirigió contratos a empresas amigas. Entre sus “logros”: una clínica inexistente en Villa de Reyes y antecedentes de corrupción en el programa de vacunación COVID. Nadie ha sido procesado.


La estafa también llegó a los adultos mayores. Con datos robados desde la propia delegación, exfuncionarios ofrecían triplicar pensiones a cambio de depósitos o datos bancarios. La institución reaccionó tarde, con un comunicado, pero sin responsables sancionados ni detenidos. Y cuando trabajadoras de Bienestar denunciaron presiones para hacer campaña política —bajo amenaza de despido—, Memo Morales simplemente negó todo. Hoy, al menos cinco de ellas están fuera del programa. ¿Coincidencia? Lo dudamos.


La respuesta oficial es tan repetitiva como cínica: “golpeteo político”. Pero lo cierto es que la corrupción en la Secretaría del Bienestar no es un invento, ni una ficción de redes sociales. Está documentada, tiene fechas, cifras y nombres. Sacrificaron a un par de funcionarios menores y con eso dan por cerrado el capítulo. Pero la pregunta sigue: ¿quién protege al delegado? Porque mientras a Morales lo relegan discretamente de los actos públicos, sus escándalos siguen creciendo. 

La ciudadanía día a día se ha ido decepcionando de este tipo de gente que decían ser parte de un verdadero cambio, incluso gente comprometida con la cuarta transformación lo han señalado públicamente.