Conoce lo que realmente significa el caso #DatoProtegido
#DatoProtegido: Cuando la ley se usa como mordaza y se alza la voz como como resistencia
¿Qué pasó, quiénes están involucrados, dónde ocurrió y por qué importa?
En un país como México, donde cada mensaje en redes sociales puede convertirse en trinchera, el caso #DatoProtegido ha destapado un debate urgente: ¿hasta dónde llega la defensa de los derechos y dónde empieza el abuso de poder? Todo comenzó en Hermosillo, Sonora, cuando la diputada del Partido del Trabajo, Diana Karina Barreras, demandó a la ciudadana Karla Estrella por haber publicado un tuit crítico el 14 de febrero de 2024. En él, Estrella insinuaba que la carrera política de Barreras era resultado del poder de su esposo, Sergio Gutiérrez Luna, expresidente de la Cámara de Diputados.
Barreras llevó el caso al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), alegando violencia política de género. El tribunal le dio la razón: Karla Estrella fue obligada a publicar disculpas públicas diarias durante 30 días que le redactó el tribunal, pagar una multa y quedar inscrita en el padrón de agresores del INE. Y entonces, estalló el internet.
La intolerante diputada, no contestó a la ciudadana si quería que su nombre apareciera en sus disculpas públicas y esta nunca contestó, por lo que el tribunal le indico que debería colocar el texto “Dato protegido”.
La gente no tardó en ver el fallo como una medida desproporcionada, un castigo ejemplar por atreverse a criticar al poder. En redes sociales, el hashtag #DatoProtegido se volvió símbolo de sátira política, burla y resistencia. En lugar de acallar la crítica, la multiplicó. En vez de reforzar la legitimidad de la diputada Barreras, la puso en entredicho.
¿Por qué importa este caso?
Porque se dio justo cuando México vive una ola de censura disfrazada de legalidad. Coincidió con iniciativas en Puebla para castigar los “insultos” en redes sociales, con la censura judicial a periodistas en Campeche, y con una tragedia en Hermosillo: el asesinato de una madre y sus tres hijas. Mientras la ciudad lloraba, Barreras celebraba su victoria legal con una fotografía institucional. El contraste fue brutal.
Y entonces vino el meme. Un simple “No debí hacer eso, ja ja” se convirtió en el espejo de una diputada que, ganando en los tribunales, perdía en el tribunal más importante: el de la opinión pública.
¿Qué está en juego?
Este caso pone en evidencia el riesgo de utilizar leyes de protección —como la que combate la violencia política de género— como escudos para blindarse de la crítica legítima. Si se distorsionan sus fines, se pierde lo más valioso: la confianza ciudadana en los mecanismos para proteger a quienes verdaderamente sufren discriminación o violencia.
Además, nos recuerda que el acceso a la justicia no es igual para todas y todos. Karla Estrella, una ciudadana sin poder ni fuero, fue sentenciada a una humillación pública diaria, mientras figuras políticas acusadas de delitos graves —como Cuauhtémoc Blanco, a quien Barreras protegió votando contra su desafuero— siguen sin rendir cuentas.
¿Qué podemos hacer como ciudadanía?
1. Defender la libertad de expresión. No todo tuit es violencia. Las críticas —a veces incómodas— son parte fundamental de una democracia.
2. Distinguir entre proteger y censurar. Las leyes de género deben servir para garantizar derechos, no para blindar egos políticos.
3. Exigir proporcionalidad en la justicia. No es posible que una crítica tenga más consecuencias que una omisión ante la violencia real.
4. Usar el humor como herramienta política. Porque cuando el poder se vuelve ridículo, el meme se vuelve trinchera.
5. Observar y no olvidar. Que no se nos olvide el nombre de quien castiga a una ciudadana por hablar, pero protege a un acusado de violación por callar.
#DatoProtegido es más que un caso legal. Es una lección pública: cuando quienes nos representan usan la ley para callarnos, la sociedad responde con creatividad, indignación y memoria.
Porque la legitimidad no se impone. Se construye. Y a veces, se derrumba cuando la ciudadanía se une.