Con la salud no se juega ni se lucra

03.09.2021 11:54
Ahora que se destapó un nuevo escándalo en el sector salud en San Luis Potosí, donde se detectaron compras en los años 2017 y 2018 por más de cuatro millones de pesos del medicamento Herceptim (Trastuzumab) 440 mg frasco ámpula, para el cáncer de mama en el Hospital Central “Ignacio Morones Prieto”, cuyos lotes fueron señalados por Laboratorios Roche y la COFEPRIS como presuntamente falsificados, nos debe tener sumamente preocupados.
 
El mandatario estatal Juan Manuel Carreras tenía conocimiento de las terribles irregularidades en la adquisición de medicamentos oncológicos y su omisión fue brutal. Se pagaron más de 120 millones de pesos, donde la mayoría de supuestas empresas no existen en los domicilios fiscales.
 
Todas las compras se realizaron bajo adjudicación directa de su director Francisco Alcocer y ejecutadas por Héctor Francisco Aguilar Martell, Director Administrativo. El uso de empresas fantasmas fue una constante durante el sexenio de Juan Manuel Carreras y en el sector salud que encabezó Mónica Liliana Rangel se detectaron los casos más alarmantes.
 
La falsificación y venta de medicamento robado en México es en verdad alarmante, ya que seis de cada diez medicamentos que se comercializan son falsos, caducos o robados y se adquieren por mafias que operan en el sector salud, en tianguis, por internet o hasta sin receta médica en algunas farmacias.
 
Lamentablemente el sector público se encuentra vulnerado por esta práctica y el robo de medicamento causa un doble daño a los mexicanos, porque es un producto que ya se pagó y luego otros hospitales lo adquieren volviendo a pagar con recursos públicos.
 
El mercado negro de medicamentos es tan grave, que hasta recetas médicas falsificadas se comercializa y obviamente para poder justificar la compra de medicina falsificada o robada, muchas veces los hospitales públicos recurren a empresas fantasmas.
Los productos que más se falsifican son los relacionados contra el cáncer, ya que sus precios son muy altos. Los medicamentos ilegales como los falsificados suponen un riesgo para la salud de los consumidores y se presentan de forma engañosa y tratan de comercializarse como fármacos legales y autorizados, o bien, tratan de imitar a otros medicamentos legales cuando en realidad no lo son. En cualquier caso, son igualmente productos ilegales.
En el mejor de los casos un medicamento falso no tiene ninguna efectividad, en el peor de los casos puede lastimar e incluso matar a un paciente.
¿Pero qué se falsifica tanto en México una medicina? La respuesta es muy simple, la ganancia es muy grande, el riesgo de detección es bajo, la persecución no es común y las redes que lo manejan están muchas veces coludidos con las propias autoridades de salud, por lo que tienen la impunidad garantizada.

 
El problema es tan alarmante, que incluso durante esta pandemia ha existido una alta demanda por tratamientos y medicamentos, donde personas sin escrúpulos se han aprovechado de esto para suplir la demanda con medicinas falsificadas.
 
La corrupción fue el sello de la administración de Juan Manuel Carreras López y el sector salud fue el que tuvo los mayores señalamientos, donde enfrenta diversas autorías y denuncias ante la FGR y la Unidad de Inteligencia Financiera del SAT.
 
Lo sucedido en el Hospital Central no es cosa menor y se debe realizar una investigación a fondo, ya que la vida de muchas mujeres posiblemente se puso en riesgo. Simplemente no puede quedar impune.