Ayuntamiento de SLP condenado a pagar más de 3.8 mdp en laudos laborales.
Despedir a empleados municipales sin justificación para abrir espacios a cambio de favores políticos le está costando caro a San Luis Potosí. En solo dos meses, el Ayuntamiento ha sido condenado a pagar más de 3.8 millones de pesos en laudos laborales.
Detrás de estos juicios, hay denuncias de ex trabajadores que señalan prácticas cuestionables por parte del área jurídica del Ayuntamiento: estirar los procesos hasta el límite para forzar acuerdos a la baja. En palabras de los afectados, buscan "ahorcar" al demandante hasta que acepte menos dinero del que legalmente le corresponde, todo bajo el argumento de lograr un “buen arreglo”.
Entre junio y julio de este año, los pagos más altos por laudos fueron:
Francisco Javier Urbina Álvarez – $913,796
Carlos Omar Navarro Limón – $691,717
Jorge Alfredo Vázquez – $442,084
Alejandro Álvarez Domínguez – $300,000
Tan solo en estos cinco casos, el Ayuntamiento desembolsó 2.3 millones de pesos. El resto se distribuye en montos menores para ocho ex empleados más.
Las preguntas son inevitables:
¿Despidos necesarios o negocio redondo?
¿Era realmente necesario despedir a estos trabajadores?
¿Se trata de reestructuraciones justificadas o de un esquema para pagar favores políticos?
¿Y quién gana con los laudos millonarios?
Los señalamientos apuntan directamente a los síndicos municipales. Tanto en la pasada administración como en la actual —encabezada por Enrique Galindo— hay acusaciones de que los responsables legales del municipio se están beneficiando con estos casos. Se menciona a Maribel Lemoine, ex síndica, y a María del Rosario Vita Hervert, actual segunda síndica, como posibles actores en esta red de intereses.
El patrón se repite: despidos sin sustento, juicios largos, acuerdos opacos y millones del erario usados para corregir decisiones que, más que administrativas, parecen políticas.
Más allá del costo económico, el daño es institucional y mientras no haya consecuencias para quienes toman estas decisiones, el ciclo continuará: se despide, se demanda, se paga... y la ciudadanía paga la cuenta.