Amenaza de regresión histórica si desaperece el INAI

29.06.2024 15:18

La iniciativa presentada en la Cámara de Diputados por el primer mandatario de la nación Andrés Manuel López Obrador para eliminar al Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) y transferir sus funciones a una dependencia federal y a las contralorías estatales representa un grave retroceso para la transparencia y un golpe histórico a los avances logrados en este ámbito.
 

La propuesta retrógrada busca que el gobierno, los ayuntamientos, los congresos y el poder judicial se conviertan en juez y parte, algo inadmisible que López Obrador pretende heredar. Actualmente, si el gobierno federal, los partidos políticos, el poder judicial, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos e incluso el Instituto Nacional Electoral no cumplen con sus obligaciones en materia de transparencia, son sancionados por el INAI. Además, si una persona no recibe la información adecuada o alguna dependencia reserva la información de manera inadecuada, puede presentar una queja, y el INAI puede obligar al gobierno a entregar la información.
 

Con la regresiva iniciativa de AMLO, volveríamos a tiempos en los que los gobiernos actuaban como juez y parte, dejando a la ciudadanía completamente indefensa en sus derechos de acceso a la información pública. Si se concreta esta propuesta y se elimina el INAI, la Secretaría de la Función Pública asumiría sus funciones, lo que significaría que las quejas sobre el acceso a la información se dirigirían al propio gobierno.
 

En San Luis Potosí, la desaparición de la Comisión Estatal de Garantía de Acceso a la Información Pública (CEGAIP) y la transferencia de sus funciones a la Contraloría General del Gobierno del Estado es igualmente preocupante. ¿Se imaginan qué ocurriría si el gobierno de San Luis Potosí fuera quien recibiera y atendiera las quejas de la ciudadanía en su contra? Esto es algo inaudito que debería encender las alarmas, pues todos los avances logrados se perderían y retrocederíamos dos décadas.
 

Esta iniciativa representa no solo un grave retroceso en materia de transparencia y rendición de cuentas, sino también una amenaza directa a los derechos ciudadanos y a la construcción de un gobierno más abierto y democrático.