¿Por qué nunca se clausura una gasolinera en San Luis Potosí?

¿Por qué nunca se clausura una gasolinera en San Luis Potosí?
Una pregunta que el Gobierno del Estado y el Municipio deben responder.
¿Usted ha visto alguna gasolinera clausurada en la capital? Probablemente no. Y no es casualidad. Mientras restaurantes, bares, tiendas de abarrotes, gaseras e incluso fábricas enteras han sido clausuradas bajo distintos argumentos, las estaciones de servicio parecen gozar de una inmunidad poco explicable.
A simple vista, parecería que todas cumplen con sus permisos, licencias y obligaciones al pie de la letra. Si así fuera, sería digno de reconocimiento. Sin embargo, en una ciudad donde cada semana se reportan pipas detenidas con combustible de procedencia dudosa, surgen preguntas que no pueden seguir ignorándose: ¿a dónde se dirige ese combustible?, ¿en qué estaciones se descarga?, ¿y bajo qué condiciones operan realmente muchas de estas gasolineras?
La Dirección de Comercio Municipal, encabezada por Ángel de la Vega, ha mantenido un ritmo constante de inspecciones y clausuras en negocios pequeños y medianos según su informe que presentó. No hay semana sin sellos colocados en cortinas metálicas o sin multas impuestas a comerciantes por supuestas irregularidades y falta de documentación. Pero cuando se trata de estaciones de servicio (gasolineras), el panorama es otro: ni clausuras, ni revisiones públicas, ni reportes de irregularidades.
No es un secreto que buena parte de los dueños de gasolineras pertenecen a los grupos empresariales más poderosos del estado, con vínculos estrechos con figuras políticas y autoridades de todos los niveles. Esa cercanía, históricamente, ha funcionado como escudo ante la supervisión rigurosa que sí se aplica a otros sectores.
¿Acaso las gasolineras son el único sector impecable de la economía potosina? ¿O será que ahí la vista gorda se volvió una obligación?
La exigencia es muy clara: tanto el Gobierno del Estado de San Luis Potodí como el Ayuntamiento deben transparentar los procesos de verificación de este tipo de estaciones. La ciudadanía tiene derecho a saber si realmente todas cumplen con la normatividad o si, una vez más, la ley se aplica con fuerza solo a los débiles. Por eso es inevitable cuestionar: ¿Por qué nunca vemos una gasolinera clausurada?